Participo en un taller donde el último día de curso nos hacemos regalitos los unos a los otros. Vale cualquier cosa, desde una simple tarjeta con una frase hasta la cosa más elaborada... Pero lo que tienen todos estos presentes en común es que el coste es cero (o casi cero). Y ese día es muy chulo, porque por muy cutre que sea tu detallito siempre parece genial (y de hecho lo son). Y hace ilusión, sobre todo, porque sabes que está hecho con el cariño y no es un regalo comprado en tienda de forma más o menos buscada, pero con la cosa de decir esto mismo.
En la fotografía se ve mi regalo de este año que me apetece compartir con todos los lectores del blog. Es una pluma mágica, especial, ya que, como se ve, tiene en su interior, en lugar de tinta, todos los cuentos, historias y similares escritos en el mundo, los que ya son y los que serán... ¿No lo veis? Si es así sugiero que os fijéis un poco más y observaréis que tiene todas las letras que se usan en el castellano. Y todos los cuentos, historias y similares están escritos con letras, así que aquí se reflejan...
Espero que os haya gustado este regalo