viernes, 20 de junio de 2008

SER CYRANO

El fin de semana pasado se celebró en Guadalajara el ya famoso Maratón de Cuentos. Para quien no sepa que es decirle que la actividad principal es contar cuentos ininterrumpidamente. Asi durante casi dos días seguidos (empezó un viernes y concluyó un domingo) diferentes contadores han contado sus cuentos sin parar.



Pero además de estos contandores hay otros actos alrededor de la Maratón de Cuentos (exposiciones, actuaciones callejeras, venta de libros, etc) Pero ante todo quiero destacar una actividad que yo desconocía y de la que fuí partícipe: El taller de Cyrano. Este taller consiste en que cualquiera se acercaba y pedía un cuento o poema a medida, es decir, con lo que esa persona quería, ya fuese personajes, animales, historias, detalles, etc. Estaba abierto a cualquier cosa siempre que el cliente así lo pedía. También, si no había ideas, se podía hacer un colage recortando fotos o frases de revistas y pegándolas y se hacía sobre ello. Los textos eran breves (un folio). Una vez terminada la obra se la leía al cliente quien, si le gustaba la obra, pagaba 1€ por la misma y sino pues no pagaba nada y se iba sin su cuento (no vi a nadie en este caso). Además la obra era firmada no por el escritor sino por el adquiriente de la obra, que para eso pagaba para que la obra fuese suya.



Me ofrecieron ejercer de Cyrano durante la jornada del sábado. Acepté con la condición de escribir sólo cuentos, pues con la poesía no me siento tan cómoda. Al principio no estaba segura de mi misma, pues es un gran reto que nunca había hecho, pero decidí probar pues sabía que si no estaba inspirada mis compañeros se pondrían manos a la obra con la historía. Pero fue bien y vi caras de satisfacción, sorpresa y gusto al escuchar los cuentos que en unos minutos les había escrito. Por supuesto no son obras redondas, pues están escritas con celeridad y poniendo interés en que quede limpia y sin tachones, pero creo que hice un gran trabajo.

La satisfacción fue doble: por un lado ayudar a personas a que tuviesen un cuento que hablase de lo que ellos querian y la dicha de tenerla en su poder para disfrutarla cuando quisieran. Por otro lado tuve la satisfacción de sentirme escritora.

Fue una gran noche y seguramente que repita al año que viene.





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