Hoy es nochebuena y vendrá Papá Noel (tradición americana que ha invadido nuestras vidas). El 5 de enero vendrán los Reyes Magos (tradición española). Ambos traen regalos, muchos de ellos cosas inútiles, inservibles, trastos. Otras de ellas sí que son útiles y prácticas. Pero de lo que no hay duda es que tenemos en estos días una tendencia al consumismo exagerado y cuantos más regalos hagamos mejor (en algunos casos se añade que cuanto más caro también mejor). Además se me olvidaba mencionar esa tradición, cada vez más arraigada, que es el amigo invisible donde tienes que regalar algo a alguien que te ha tocado por sorteo y si le conoces bien pero como apenas le conozcas ¿qué regalar?
En esta noche la mayoría de las familias se reunen para cenar. Pero no es una cena normalita, sino que es una cena desmedida, con muchos más alimentos de los que podemos comer, y aún así cada año tendemos a hacer más y más. Si sobra ya nos tiraremos una semana comiendo las sobras... Total, dentro de una semana es nochevieja y volveremos a repetir esta opulenta cena. Además como todo el mundo lo hace los supermercados suben sus precios porque el consumidor lo va a celebrar igual... Más consumismo innecesario.
Recuerdo que hace poco me contaron una historia genial. Sucedió en los años 20 y era en una familia americana que estaban atravesando momentos malos y no podían comprar nada de nada. Esa noche del 24 de diciembre cenaron (cena normalita) y se fueron a dormir. Al día siguiente, cuando despertaron bajo su árbol de navidad había un montón de regalos. No sabían de donde habían salido pero ahí estaban, uno para cada uno. Abrieron los paquetes por orden y fueron descubriendo el contenido de los mismos uno por uno. Así descubrieron unos pantalones viejos y remendados, unas zapatillas de estar por casa, un sombrero olvidado en un bar hace unos meses, unos guantes robados... La explicación era que el hermano mayor había estado durante varios meses quitando algo a su familia que ya no usaban y los guardó para convertirlos en regalos... El protagonista decía que fueron sus mejores navidades.
Lo que quiero decir con esta historia es que a veces es mejor regalar algo significativo aunque no tenga un gran valor económico. Triunfan más los regalos con gran valor sentimental que con gran valor económico... Y si decidimos regalar algo con valor económico pensar si realmente a la otra persona le va a gustar, va a disfrutar del regalo y no va a quedar olvidado en cualquier lugar (desde un armario hasta en la basura). Además también hay que pensar si el gasto desmedido (alimentación y regalos es lo que más se ve) de estos días realmente nos lo podemos permitir o tal vez no... Cada uno que decida...
Pero no podía acabar este comentario sin desearos a todos una Feliz Navidad y que os lo paséis muy bien esta noche y todas las noches de la navidad y todas las noches del año, al igual que todos los días...
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