domingo, 9 de enero de 2011

LAS 12 CALADAS


La noche del 31 casi todos nos tomamos las uvas. La noche siguiente, a eso de las 12 de la noche, les propuse a mis amigos fumadores que dieran las doce caladas, una por cada campanada del reloj, antes de que fuese efectiva la prohibición de fumar, pues se supone que la última campanada es la que marca la hora en punto y por lo tanto comenzaría en ese momento la prohibición de fumar en los bares. Yo no lo hice, porque no fumo, pero me pareció algo bonito para que quedase para el recuerdo...

Desde entonces no se ha dejado de hablar de la dichosa ley, aunque casi todo me suena a cuando prohibieron el fumar en los trabajos (cosa que sé que no en todos los sitios se cumple, incluso me llegaron a hacer una entrevista de trabajo mientras mi futuro jefe fumaba y me echaba el humo a la cara). Como digo, exceptuando las quejas de los propietarios de bares que SI hicieron reforma en su local para aislarlo (la minoría pero ahí están) con su queja de "a mí quién me devuelve ese dinero de la reforma" (cosa que veo de lo más lógica y lícita) todo me suena a lo mismo.

Pero lo que más gracia de todo me hace es esa gente que dice que no se podrá tomar una cañita en el bar con su cigarro. Yo por aquel entonces de la prohibición de fumar en el trabajo me encontraba, por mi condición de no fumadora, en el lado de "si el que va a fumar sale fuera, ¿por qué yo no tengo ese tiempo para estar tocándome las narices o lo que sea?" Pero ahora quienes se quejan son los fumadores y parece que las quejas tienen más peso. ¿O no?

Por el momento me alegro de haber sacado algo muy importante de todo esto, algo que la gente no se ha dado cuenta y tanto los fumadores como no fumadores salen ganando: puedes ir a tomar algo, bailar, etc sin acabar con la ropa apestando a tabaco.



Y lo que sí que es cierto que atrás (muy atrás, aunque realmente no tanto) quedarán para la posteridad esos programas en los que tranquilamente te podían entrevistar en la tele mientras te bebías tu cubata y te fumabas un cigarrito... Y por muy colocados que fuesen, eran de mucha más calidad que muchos de los programas de hoy en día. Como muestra aquí os dejo una entrevista a Poch y Alejo (ambos miembros de Derribos Arias), a Juan de Pablos y a Pedro Almodóvar (17/11/83). Que la disfrutéis.

2 comentarios:

fumando espero dijo...

Hoy he leido que en Estados Unidos están haciendo pruebas para comprobar que no fumas antes de contratarte. Interesante. Puedes ser gilipollas, pero si no fumas ya tienes un punto a favor para conseguir un trabajo. Dos cosas que me llaman la atención de esta ley. Primero, esto empieza a recordarme a aquello de mirarle el prepucio a la gente para ver si eran judios. El parecido es evidente. Segundo, eso de entrar a un bar para salir oliendo a rosas, no será una perversión del concepto bar? Por otra parte, tampoco debía de ser tan importante no oler a humo, porque ahora la gente pisa menos el bár. La gente va a los bares a emborracharse y a salir oliendo mal, para lo otro va a una perfumería o se va al campo.

UNA CERVEZA dijo...

Hola fumando espero,
estoy de acuerdo en parte contigo y en parte no.
Lo del tabaco al final se va a hacer una marca (como la letra escarlata) a los fumadores. Van a ser los apestados del futuro.
En cuanto lo que me dices de EEUU me lo creo. Hace unos 20 años, una compañera de clase se fue de intercambio al citado país. Tuvieron que ir a un instituto y esperaron 3 españoles en la puerta. Ella se encendió un cigarro y cuando salían la gente la miraban como a una delincuente.
Lo de ir a un bar y que no me apeste al día siguiente la ropa a tabaco francamente me alegro por ello. No tengo por que ir apestando, y si sigo tu razonamiento si yo no quiero ir apestando a tabaco no podría pisar un bar, cosa que sería injusto para mí. Antes no había elección, ahora sí.
Saludos